Desencadenante
del cambio
Los cambios
en las marcas no se producen por capricho: siempre hay una razón. Podría ser un
crecimiento de la competencia que conlleva una pérdida de cuota de mercado.
Pero ¿Qué tiene esto de cierto? El parecer o sentirse anticuado, cambios en la
moda, pasividad interna que provoca un mal funcionamiento, una fusión o una
compra, o un nuevo director que quiere empezar de nuevo.
Puede que
simplemente sea el reconocimiento de que hasta ahora la empresa ha dado siempre
su marca (o marcas) por sentada, no ha
invertido en ella, no la ha cuidado y, como consecuencia, la marca está
perdiendo fuerza. Sea lo que sea, siempre hay un desencadenante para el cambio.
Un caso
curioso es el de la cerveza Cruzcampo.
Todos
conocemos a Gambrinus “el gordito de la
Cruzcampo”. Este personaje comenzó sus andanzas con una tripa prominente pero a
lo largo de los años, la cervecera ha ido cambiándolo poco a poco para
conseguir que tuviera una figura más atlética. Se dieron cuenta que su propia
cerveza daba a entender que si bebías ivas a engordar y eso no favorece mucho a la marca.
Carlos Segura Roca